“Miente, miente”... y algo quedó

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Romina Celeste mintió

En marzo, Romina Celeste, difundió un video por las redes sociales acusando a Yamandú Orsi de “haber golpeado a una mujer trans hace 10 años”. Hace unos días, la supuesta “víctima” desmintió el relato, adjudicando a Romina la propiedad intelectual de esta difamación. Por si quedaban dudas, ayer salieron a la luz audios entre Romina y la falsa “víctima”, complotando e inventando un relato verosímil. Está claro que fue una difamación orquestada. Pero… ¿realmente eso queda claro?

Aunque ahora haya salido la verdad a la luz, el daño está hecho. El uso de la mentira y el engaño en la política no es nuevo, Graciela Bianchi no es precisamente joven, pero esto va más allá. Romina Celeste ha utilizado su relato falso para iniciar un proceso judicial contra Oris un militante político, para intentar sacarlo del proceso electoral, como bien ella admitió públicamente. Este modus operandi se le conoce internacionalmente como LAWFARE.

“El objetivo del lawfare es desprestigiar y desacreditar a una autoridad política, bien para evitar que se presente a futuras elecciones o para retirarla de la vida política. Las redes sociales y los medios de comunicación juegan un papel importante en la divulgación de información vinculada a guerras jurídicas, pues afectan a la opinión que el público se forma de quien está siendo víctima”. (EOM, Patricia Moreno)

La herramienta del imperialismo

“La insurgencia de los pueblos latinoamericano-caribeños ha sido contestada por Estados Unidos de América (EEUU) de manera multiforme desde finales del siglo XIX. Durante la Guerra Fría, EEUU justificó su contrainsurgencia en la “lucha contra el comunismo” y utilizó todo tipo de intervenciones para llevar a cabo una exitosa política de cambio de régimen que implicó, también, el uso del terrorismo de Estado para desarmar a los movimientos de la izquierda revolucionaria.

Con el paso de los años, la injerencia estadounidense en la política latinoamericana y caribeña se ha mantenido, a pesar de la caída del bloque soviético y, con él, el fin de la supuesta “amenaza comunista”. Sin embargo, surgieron nuevas amenazas desde la perspectiva estadounidense, teorizadas ahora como “populismo”, que se encarnaban en los gobiernos de la izquierda que ocupó posiciones de Estado desde finales de la década de los noventa en adelante. Una izquierda que se propuso avanzar en un proceso de concertación política que llevara a una integración político-económica de la región.

Es en el marco de este nuevo momento, en el que América Latina y el Caribe (ALC) se erige como un bloque de poder contrahegemónico en el sistema internacional de postGuerra Fría, cuando EEUU decide frenar a esta izquierda usando nuevas tácticas contrainsurgentes, como el lawfare, que, a diferencia de otros momentos históricos, sean menos sangrientas y evidentes a ojos de la opinión pública mundial. Nuevas tácticas al servicio de la reconfiguración geopolítica del continente, pero con los mismos propósitos estratégicos de cambio de régimen”. (Ponencia VII Conferencia CIPI, Arantxa Tirado Sánchez)

Antecedentes en latinoamérica

Quizá el más conocido, y el más cercano, es el caso de Lula Da Silva en Brasil, que fue acusado y condenado por “corrupción” mientras era Presidente, pero un juez de la Corte Suprema anuló las sentencias en 2021 por considerar que tanto la fiscalía como el juez no habían actuado de manera imparcial. El expresidente, de regreso a la política, derrotó al entonces presidente Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales de 2022.

Pero esto es más frecuente de lo que parece. A Cristina Kirchner le armaron toda una operación mediática durante años, hablando de “los bolsos” y la “ruta del dinero K”, llevándola a juicio donde el juez sobreseyó la causa por falta de pruebas.

Estos ejemplos pueden responder, desde la experiencia a la pregunta que quedó hecha arriba. ¿Realmente queda clara la mentira cuando se demuestra? Lamentablemente los diversos casos similares de Lawfare demuestran que no. La campaña, por más falsa que se muestre, queda en el imaginario colectivo. Y la derecha más sectaria construye conspiraciones detrás de ellas: que los acusados “compraron a la justicia”.

Una tarea pendiente

Aprender sobre el Lawfare, sobre los casos similares en otros países, es tarea fundamental de todos los militantes sociales y políticos. Este tipo de sabotaje político llega en diferentes ritmos y formas a los países latinoamericanos.

Aprender sobre el Lawfare, también es aprender a combatirlo. Entender cómo funciona, el uso de “Trolls Centers” y “Granjas de bots” para expandir su difusión mediática. Entender la subordinación de clase que existe en el Poder Judicial, y cómo estos responden a los intereses de la oligarquía. No hay justicia imparcial, sino véase como la Fiscal Fossati rápidamente se integró a las filas del Partido Nacional.

Sólo podremos salir de la inmoralidad política con un cambio de sistema, mientras sigamos en el capitalismo debemos reducirnos a combatirla en todos los ámbitos.

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