Tabla de contenidos
Respecto al Plebiscito en defensa de la seguridad social, hemos escuchado en los medios de comunicación un patrón discursivo bien claro: la reforma “es inviable”.
Y no podemos estar más en desacuerdo con esa aseveración que se hace cargada de ideología, disfrazada de “opinión técnica”. Haremos pasar esas afirmaciones a exámen, y descubriremos qué intereses se ocultan detrás.
La justeza del Plebiscito es innegable
En el debate emitido en VTV en el programa Seré Curioso, que se dió entre Jorge Gandini y Oscar Andráde, sobre el contenido del Plebiscito, Jorge Gandini dice: “no es el qué, es el cómo”. Esta expresión permite visualizar que hay una justeza en el contenido del Plebiscito que es de sentido común. ¿Quién se atrevería a decir que un jubilado debe cobrar menos de 20 mil pesos? ¿Quién se atrevería a decir que las jubilaciones no deben ser desde los 60, sino desde los 65? Aunque muchos lo piensan, porque no miran por los intereses de los trabajadores, lo ocultan, por vergüenza, tras un manto de “objeciones técnicas”.
El contenido del Plebiscito es justo, porque apunta a dignificar el sistema de Seguridad Social de los trabajadores que, como vimos en La Seguridad Social históricamente en disputa, no ha sido siempre un derecho.
Entonces, ¿qué motiva a los detractores del Plebiscito a lanzar todo tipo de calumnias contra la iniciativa?
Hay un plan internacional de ajuste a la clase trabajadora
Con el crecimiento de la influencia de los BRICS, y sus cabezas principales: China y Rusia, Estados Unidos ha intensificado su presión sobre los países subdesarrollados, e inclusive sobre la Europa lacaya, para asegurar su hegemonía a través de la deuda.
En algunos países la dependencia la imponen con la guerra o la invasión, dejando devastadas las ciudades, con gobiernos serviles y una “reconstrucción” financiada con deuda con el FMI. Evidentemente acá se hace de forma sutil, para quitarle la apariencia de injerencia. Son los organismos financieros norteamericanos quienes realizan el trabajo de chantaje y extorsión. A través de condiciones de deuda gestionan a placer.
En un comunicado fechado el lunes 8 de julio de 2024, el FMI destaca en uno de sus párrafos que en 2023, la actual administración aprobó la “reforma clave de las pensiones, colocando las finanzas públicas a mediano plazo en una senda más sostenible”, y comenzó a “implementar una reforma educativa. Consolidar estos logros debería ser la prioridad más importante, ya que brindan el espacio de política macroeconómica necesario para enfrentar los riesgos internos y externos y respaldar el crecimiento a largo plazo”.
No son intereses nacionales, ni mucho menos populares, los que impulsan este tipo de políticas a beneficio de las AFAPs, y de ajuste a la clase trabajadora. Son los gobiernos antipatrias y antipopulares que siguen las directivas de sus amos del norte.
Esto resuelve la duda de por qué algunos sectores de la izquierda también critican al Plebiscito. Y también define dos grandes grupos: quienes le sirven pleitesía al imperialismo, por las razones que sean, y quienes defendemos la soberanía nacional y los intereses de la clase trabajadora uruguaya.
Los mercenarios de las ideas y sus objeciones
Todos los temas, y más cuando son tan sustanciales como este, germinarán naturalmente varias posturas. Sin embargo, sorprende cuando reconocidos académicos bajan al lodazal respecto al Plebiscito, cayendo en falacias, en cuestiones intencionalmente “olvidadas”, en reducciones al absurdo o directamente en una demostración de ignorar el contenido del Plebiscito, sinceramente o propio de deshonestidad intelectual.
“Es mayor gasto para el Estado, genera déficit”
De esta lanza se agarra fuertemente Gonzalo Zunino, economista y crítico del Plebiscito que vocifera en medios como La Diaria y Brecha. En su artículo El plebiscito de la seguridad social en números: proyecciones de déficit y gasto en caso de aprobación de la propuesta, esboza su preocupación respecto al “déficit” que generan las jubilaciones en el BPS y su financiamiento: “la eliminación del pilar de ahorro individual también tiene un efecto expansivo sobre el gasto en pasividades”.
Zunino empieza confundido, considerando las jubilaciones como un gasto y no como lo que realmente es, la merecida (y en su mayoría por debajo de lo merecido) remuneración por haber trabajado toda la vida, para vivir los últimos años fuera de la producción. Además Zunino “se olvida” de aclarar, que un “mayor déficit”, como él señala, significan mejores jubilaciones, porque se eliminan las jubilaciones de miseria de las AFAPs. Lo dice muy tímidamente, rebuscado con tecnicismos: “Esto se debe a que los parámetros de cálculo de las jubilaciones en el pilar de reparto generan, para la amplia mayoría de las personas en Uruguay, subsidios implícitos en las jubilaciones”.
Cuando dice “Esto representa un incremento del déficit IVS de aproximadamente 8%”, no está aclarando que hoy los trabajadores aportan a las AFAPs, y ese “déficit” no se ve reflejado en las jubilaciones que estas devuelven. Es decir, se la están quedando.
“Es un robo a los ahorros individuales”
En primer lugar, “ahorro individual” parece ser un eufemismo mercadotécnico, porque los aportes al sistema privado de las AFAPS no pueden ser retirados por los aportantes.
Respecto al “robo”, o una supuesta “expropiación” (para crear un paralelismo burdo con Venezuela y ¡el comunismo!), el jurista Juan Ceretta respondió: “Cuando se dice que vamos a expropiar los fondos de las AFAPs, no es cierto. En primer lugar, las AFAPs no le entregan el dinero a nadie, salvo cuando el trabajador fallece, en segundo lugar se va a crear un fideicomiso para transferir el dinero desde las financieras al BPS, cuyo fideicomitente, es el propio banco. Dicen que el plebiscito va a expropiar eldinero de los y las trabajadoras, pero es al revés, son las financieras quienes en este momento lo están expropiando”.
“Se diluye en un fondo común deficitario”
Bergara cuando dice “Hoy hay un millón y medio de cuentas individuales con el nombre y apellido de los trabajadores y las trabajadoras”, debería aclarar que de forma obligatoria, forzada. Y agrega “No estamos de acuerdo con que esas cuentas se diluyan en un fondo común, por más que eso se vuelque al pago de jubilaciones, porque sabemos que tenemos un sistema totalmente deficitario”, no le pasa por su umbral de ideas el reformar la forma de financiamiento —que hoy es totalmente injusta, donde el trabajador aporta el doble que el empresario—, sino que su “mejor razonamiento”, es mantener el lucro a sabiendas de lo ineficientes que son las AFAPs.
Por otro lado cabe agregar que, tanto Bergara como Zunino consideran todo gasto que no es cubierto por los aportes como “déficit”. El famoso “equilibrio fiscal” ya lo está aplicando Milei, es decir que el Estado no gaste más de lo que recauda, las cuentas están claras: mayor pobreza, desprotección de los sectores vulnerables, crisis social.
Plantean el problema del déficit como infranqueable. ¡No se pueden tocar los intereses de las AFAPs, ni de los empresarios! No plantean ajustar los aportes empresariales para equipararse a los de los trabajadores, que repetimos, son el doble. No plantean reformar las Cajas de privilegio que representan gran parte del “déficit” de las jubilaciones. Dicen ver monstruos para advertir “no vayan por ahí”, pero como sabrán, los monstruos salvo en los cuentos no existen.
En el Plebiscito se juegan intereses de clase
Por supuesto que en este Plebiscito, de salir votado, algunos ganan y otros pierden. Gana la mayoría y pierden pocos. El problema es que quienes tienen el riesgo de salir desfavorecidos, son muy poderosos, y los que necesitamos ganar somos muy débiles.
Las AFAPS tienen mucho dinero. Manejan un fondo de 880.097 millones de pesos uruguayos, generando interés y cobrando comisiones. Han ganado muchísimo con nuestros aportes: el informe del BCU marca que, en diciembre de 2023, las cuatro AFAP que operan en el mercado uruguayo tenían un patrimonio total de aproximadamente 165 millones de dólares. En los últimos diez años se multiplicó por 2,9.
Las AFAPs no van a soltar el curro sin desplegar una gran campaña propagandista, alineando ideólogos en su defensa, gastando en muchos minutos de televisión. Los recursos que poseen son enormemente desproporcionados a la campaña casi artesanal que desplegaremos los trabajadores.
Por nuestro lado, el pueblo trabajador que vela por los intereses de la mayoría, tenemos un arma que ha sido fundamental en todas las luchas: la cantidad, tenemos las mayorías y nos sobran las razones. Pero esa ventaja solo se hace efectiva mediante la unidad. ¡Organicémonos! Defendamos nuestros intereses en los espacios que participemos, ya sean sindicales, sociales o políticos.
Desde Congreso del Pueblo, nos ponemos del lado del pueblo trabajador sin miramientos electorales. Es un Plebiscito justo y trabajaremos dando todos nuestros esfuerzos para que se concrete.