El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos. (Antonio Gramsci)
El imperialismo norteamericano que se niega a perder su hegemonía mundial, ha llevado su expansionismo militar a un punto incompatible con la paz y con la supervivencia de la humanidad. La crisis estructural del capitalismo, históricamente ha conducido al reajuste a través de la guerra.
Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos instaló 800 bases militares alrededor del mundo y la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos enumera 315 conflictos militares en los que fue parte, sin contar operaciones encubiertas o ilegales según el derecho internacional. En 2024 gastó 886,000 millones de dólares en presupuesto militar.
Estados Unidos ha sido la destrucción de medio oriente, invadiendo Afganistán, Irak, Siria, Libia, Yemen e Irán. Hoy promueve el genocidio que está llevando Israel sobre la población Palestina, que se ha cobrado decenas de miles de muertos civiles, la mayoría niños y mujeres. Fomenta la política sionista que ha bombardeado Palestina, y ahora también Libia e Irán.
La OTAN, como esbirro de Estados Unidos ha desplegado una serie de acciones hostiles contra Rusia para evitar que sea contrapeso del hegemón mundial. Específicamente en Ucrania dio un golpe al gobierno pacifista en 2013, mediante el euromaidan, para establecer un títere belicoso que carga con 14 mil civiles muertos en el Donbass. Rompiendo los acuerdos de paz firmados con Moscú, Ucrania solicitó el ingreso a la OTAN, siendo un peligro real para la paz, provocando la Operación Especial que se ha llevado a cabo desde 2022.
El 18 de noviembre Estados Unidos aprobó que Ucrania utilice sus misiles de largo alcance para atacar territorio Ruso. La respuesta rusa de disuasión había sido que estarían dispuestos al uso de armamento nuclear para defender su territorio, agregando que lo considerarían un ataque por parte de la OTAN. El día martes 19 de noviembre Ucrania hace uso de los misiles de largo alcance atacando la ciudad de Bryansk, Rusia.
¿Quién va a ganar? Con esta escalada militar solo gana la industria armamentística norteamericana, las petroleras y los fondos buitres que ya son dueños de gran parte de Ucrania. Gana el imperialismo norteamericano que legitima su poder mediante las armas. Pero pierden los pueblos cuando se mueren los niños, los hombres y las mujeres trabajadoras. Aquellos que no tienen intereses en la guerra y son los que reciben el mayor castigo.
Por eso es imperioso exigir la desescalada militar, que la OTAN se retire de la frontera con Rusia, y denunciar la amenaza para la paz que implican las 800 bases militares norteamericanas en el mundo. Combatir la guerra, sin olvidar nunca el sistema que la produce: solo un planeta que supere al capitalismo, superará las guerras.