En el 2007 se votó en el Parlamento la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS). Se tenía en la salud una anarquía corporativa de la salud privada y los servicios que le brindaban eran para lucrar y enriquecerse en detrimento del pueblo y favoreciendo a unos pocos empresarios. Este nuevo sistema. Permitía financiar y organizar mejor la salud pública y privada en 3 niveles de atención. Se terminó con la lógica que se expresaba en la década de los 90s, con el cierre de ocho mutualistas y más de 3000 trabajadores en la calle, donde los depredadores del mutualismo actuaron como empresas monopólicas, donde el pez grande se comió al chico, a quedarse con el mercado.
Por suerte, la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud y el FONASA quebró esa concepción monopólica. Esta acción quedó demostrada cuando se dio la pandemia del COVID-19. Si no hubiéramos forjado durante 15 años los niveles de organización y financiamento en la salud, el compromiso de los trabajadores y usuarios del SNIS, hubiéramos caído en el caos sanitario. Serían miles los muertos por la enfermedad. El SNIS maneja el 10% del Producto Bruto Interno (PBI). Estamos hablando de miles de millones de dólares. La creación de FONASA permite el ordenamiento de la economía de los sanatorios. Por eso debemos pasar a otra etapa del sistema que nos lleve a una mejor democratización del sistema y a una mayor distribución que nos permita generar un mejor servicio y un mejor desarrollo del SNIS, que priorice la gratuidad de las órdenes y medicamentos humanizando el sistema.
Este año se realizó el 20 Congreso de la FUS con la consigna “Para avanzar, todas y todos bajo una misma bandera” y un programa que plantea: 1) Que se convoque a los consejos de salario y que apunten al crecimiento del salario real. 2) Que se mejore las condiciones laborales, que apunten a una mejor calidad de vida de los trabajadores en su ámbito laboral. 3) Es la obligación moral de cada trabajador de la salud que aportamos al BPS, a tener un espíritu crítico a la reforma presentada por el Gobierno, que viola el espíritu colectivo y solidario de este. Por eso necesitamos triunfar en octubre con la papeleta del Sí, para rechazar la reforma de la Seguridad Social. Solo de esa forma lograremos darle una cachetada a las mentiras y a la política económica neoliberal de gobierno. Es la única forma que los sectores especulativos internacionales no nos roben más de 24 mil millones de dólares que hoy tienen las AFAP. 4) Defender y profundizar el el SNIS. Las patronales quieren agudizar el Sistema Mutual apuntando a la creación del seguro de salud, concentrando los “malla oro” en una salud para ricos, y habiendo para el resto una salud para pobres.
Para que no puedan destruir el sistema de salud, se debe crear el movimiento popular en defensa de la salud, con todos los involucrados.
El objetivo primario y fundamental debe ser democratizar todo el sistema del SNIS. Exigir mayor participación democrática y mayor control del de los movimientos económicos de cada mutualista. Es la única forma que tenemos los trabajadores y los usuarios de garantizar una buena salud. Por el otro lado, debemos generar el Estatuto único del funcionario de salud, pública y privada, para que todos los que estamos involucrados en la salud de los uruguayos, que hacemos la misma tengamos los mismos derechos.
Es la hora de darle una cachetada al lucro con la salud, y la única forma es movilizándonos, organizándonos y luchando.