“ La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días, es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra opresores y oprimidos se enfrentaron siempre.”
Este párrafo extraído del Manifiesto Comunista tiene una vigencia histórica indiscutible, tal es la dialéctica viva de nuestros días. La tarea de hoy y de ayer es la liberación de los oprimidos, la superación de un sistema social caduco, putrefacto, que condena a la gran mayoría de la población mundial del acceso a los derechos humanos más elementales, salud, alimentación, vivienda, educación, seguridad social.
Asistimos a una época de tránsito del capitalismo al socialismo a escala mundial, iniciada con la revolución bolchevique en 1917, período marcado a fuego por la lucha de clases, por avances y retrocesos, por flujos y reflujos revolucionarios. Todas las experiencias que se desarrollan en la lucha social y política no las debemos visualizar y analizar de forma dogmática, mecánica, cada una tuvo y tiene su particularidad, su experiencia, sus tiempos de maduración.
Hoy los pueblos del mundo luchan por liberarse de la opresión imperial, se agudizan las contradicciones sociales, y es ahí donde crecen y se desarrollan los movimientos anti imperialistas, así como partidos y gobiernos progresistas impulsados por las grandes masas conquistan el gobierno, y se comienzan a generar condiciones objetivas y subjetivas para avanzar en la tarea revolucionaria. Aunque seguimos comprobando que el sistema capitalista en su fase imperialista no es un tigre de papel, ya que mientras una minoría vive en el lujo y la opulencia, más de 820 millones de personas padecen hambre en el mundo, 1 de cada 9 personas.
En los últimos 200 años la población mundial ha tenido un crecimiento importante, sin embargo, la falta de comida no es porque no se pueda producir. Las décadas de avance y acumulación en conocimiento científico técnico, junto a los cientos de miles de millones de dólares que se destinan, no están en función de prevenir y resolver los problemas que aquejan a la humanidad, si para desarrollar la carrera belicista, en particular de EEUU, de lo contrario se enfrentaría de otra forma el COVID 19. Hoy es este virus, ayer y a lo largo de la historia fueron otros, el problema se llama Capitalismo. La vida que es más rica que la gris teoría hoy reclama otro sistema social, donde el ser humano no sea el lobo del ser humano y fulmina a los precursores de la tercera vía. No hay capitalismo bueno, este último es desigual por naturaleza. En esta coyuntura internacional, Saludamos la lucha de los pueblos del mundo;
POR CAMBIAR TODO LO QUE MERECE SER CAMBIADO.
AMERICA LATINA UN CONTINENTE EN EBULLICION.
Es en nuestro continente, concebido por EEUU como su patio trasero, donde vemos con mayor claridad la dialéctica revolución – contrarrevolución, a la par que avanzan en conciencia las grandes masas en su lucha por la pública felicidad y la más plena justicia social, se desarrollan e intentan consolidar los procesos progresistas y de izquierda aparecen las embestidas de las oligarquías nacionales y el imperialismo yanqui.
A pesar del retroceso revolucionario de los 90, ahí está Cuba Socialista, faro de dignidad y justicia social, llevando ejércitos de vida al mundo a pesar del feroz bloqueo y también está la Venezuela Bolivariana y su experiencia denominada Socialismo del siglo XXI.
No hay atajos, los problemas de la revolución y sus procesos son continentales, lo que no quiere decir iguales, lo que demanda análisis de las correlaciones de fuerzas generales y particulares como bien señalará Rodney Arismendi.
Mucho se podrá cuestionar de otros procesos, los denominados progresistas en nuestra América, y su falta de profundidad para avanzar en los cambios estructurales, pero es innegable que lograron avances para las grandes mayorías, en particular para la clase obrera.
En el Paraguay después de Lugo 7 de cada 10 trabajadoras mujeres y 9 de cada 10 jóvenes están en el mercado informal de trabajo, sin acceso a la seguridad social, en el Chile añorado por Talvi y Lacalle 1 de cada 3 trabajadores/as se encuentran sin acceso a la seguridad social, no perciben salario vacacional, ni aguinaldo, ni que escribir del Brasil después de Lula, y su proceso fascistizoide, con un psicopático en el gobierno.
La política de ajuste llevada adelante con la reinstalación de gobiernos neoliberales recae siempre sobre los que menos tienen y sus derechos.
EL URUGUAY DESPUES DEL FRENTE AMPLIO Y LA NECESIDAD DEL INSTRUMENTO.
Transitamos momentos complejos, de agudización de la lucha de clases, la coalición multicolor de partidos encabezada por la oligarquía logró desplazar al Frente Amplio y las fuerzas del pueblo del Gobierno a nivel nacional e instalar su política de ajuste. No estaba solo en cuestión la agenda de derechos conquistada, sino la profundidad del proceso de cambios. Siempre estuvieron en debate, en lucha, dos proyectos de país, por un lado el de la oligarquía y el imperialismo con su modelo de plaza financiera y de servicios y por otro lado el Uruguay productivo con justicia social tan anhelado por las grandes mayorías.
La ley de urgente consideración implantada, la embestida hacia las empresas públicas, los recortes presupuestales propuestos, la perdida de salario real de los trabajadores, es una política de ajuste, es meterle la mano en el bolsillo al obrero y al pueblo, es en definitiva cumplir con los compromisos asumidos con los organismos internacionales de crédito y con el movimiento terrateniente, oligarca, de Un solo Uruguay, es gobernar para la minoría más rica de nuestro país. Acá no asistimos solamente a un cambio de partidos, sino también de composición de clase en el Gobierno Nacional.
En la cruz de los caminos, para que la crisis no la pague el pueblo hay que organizar la lucha reivindicativa, política, e ideológica, elevar los niveles de conciencia y de unidad de las grandes masas, sin vacilaciones. Las elecciones departamentales son un jalón más para la defensa de los intereses de nuestro pueblo, para contener la profundidad del retroceso que está planteado, es imperioso ganar la mayor cantidad de departamentos posibles.
Reivindicamos la necesidad de forjar una organización revolucionaria, que por su firmeza, amplitud y profundidad pueda contribuir a unir social y políticamente a nuestro pueblo, en particular a la clase obrera, que gravite en los frentes de masas, en el decir de Rodney Arismendi; que desarrolle las fuerzas motrices de la revolución.
En Canelones hay un Congreso del Pueblo para luchar!
Que viva la unidad revolucionaria y antiimperialista de los pueblos del mundo!